Abasto Magazine

September 2010

Abasto Magazine - Guía indispensable para el empresario hispano con noticias de última hora, consejos y directorio empresarial

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Más en la tienda El teléfono celular no es el único medio de accesar la información, cada vez más rica, de los códigos de barras. Actualmente se está probando un producto consistente en que se colocará el código de barras frente a un escáner en un kiosco en la tienda y se verá el campo donde fue cultivada la verdura. Los investigadores de SIRA Technologies y la Universidad de Rhode Island han creado una tinta para código de barras sensible a la temperatura que rastrea la temperatura de los productos refrigerados y la vida en el anaquel para alertar a los empleados de la tienda y a los consumi- dores acerca de la caducidad de un producto empacado, como la carne o la leche. Si la tinta se vuelve roja en un ambiente de tienda, el código de barras no escanea; si la tinta se vuelve roja en casa, el consumidor sabrá que el producto ya no es seguro. “Y existe la tecnología para ingresar toda esa información en un código de barras. El público extraerá mucha más información y podrá decidir qué productos adquirir”, afirma Susan Stewart, coordinadora de certificaciones para productos orgánicos y sustentables de la Cooperativa Comuni- taria The Wedge, en Minneapolis. “Podemos rastrear el producto desde el montacargas de la tienda hasta la granja o el campo. A la gente le gusta saber de dónde procede su comida”. Seguridad en los números Los brotes de E. coli y de otros contami- nantes en los alimentos han llevado al desarrollo de un nuevo sistema. En vez de traer sólo información del producto y del precio, el sistema GSI DataBar puede incluir al fabricante, distribuidor, fechas de caducidad, número de lote y más. Estos datos podrán rastrear la fuente de contaminación y otros problemas con mayor rapidez y lograr que el retiro de productos sea más localizado pero más eficiente. Los plátanos, por ejemplo, se codifican como 4011, pero en el actual código de barras con el número del precio o PLU (price look-up) que aparece impreso como numerales debajo de las barras, todos los plátanos son lo mismo. Son sólo plátanos. Pero con el DataBar, los gerentes de las tiendas sabrán de inmediato si los plátanos vendidos son marca Dole o Chiquita. Sabrán el origen del producto, así como cuándo fue embarcado y a qué distribuidor, rastreando el producto a lo largo de toda la cadena de suministro, nacional o internacional. Esta nueva rastreabilidad de las verdu- ras está siendo observada minuciosamente por productores y distribuidores en otras categorías, como el cerdo, las aves y la leche. El mayor beneficio de la DataBar para tiendas y productores es que se podrá usar tanto para cada pieza como para bolsas de pequeños elementos, como uvas y cerezas. La GSI DataBar será lanzada en enero. Los primeros adoptantes en Estados Unidos serán Walmart, Winn-Dixie, Public Super Markets y Kroger, pero el ramo reconoce que será un procedimiento evolutivo mediante el cual las tiendas pequeñas y las independientes se actua- lizarán con mayor lentitud, así que el número PLU quizá se quede en los códigos para siempre. Un poco de historia Los códigos de barras se desarrollaron de una manera rudimentaria en los años 40 del siglo recién pasado para etiquetar los vagones de los trenes, pero obtuvieron su éxito comercial con los sistemas de chequeo automático de los abarrotes. En 1970, la National Association of Food Chains (Asociación Nacional de Cadenas Alimenticias) estableció un comité para investigar la posibilidad de usar los códigos de barras y establecer lineamientos para su estandarización. Optaron por un código de 11 dígitos para identificar cualquier producto. El sistema fue adoptado rápidamente por las tiendas para sustituir las etiquetas de precios individuales, que se prestaban a errores y fraudes, además del tiempo que se perdía con esa forma de asignar precios. Septiembre 2010 - 25

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