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en la preparación —y defensa— de la nueva ley de salud alimenticia. “Muchos en el ramo de la industria alimenticia han sido pioneros en mejores prácticas para la prevención de enfermedades transmitidas a través de la comida”, ha dicho la FDA en una declaración oficial. Con todo, el número de amplios brotes de enfermedades en múltiples estados continúa en aumento y comienza a afectar a alimentos tradicionalmente considerados seguros, como la mantequilla de maní y el chocolate, haciendo que los consumidores se pregunten si la nueva ley contiene ordenamientos que garanticen suficiente- mente que la comida sea sana. Las empresas que preparan alimentos tienen mucho que perder con alimentos perjudiciales. No solo El número de brotes de enfermedades continúa en aumento y comienza a afectar a alimentos tradicionalmente considerados seguros, haciendo que los consumidores se pregunten si la nueva ley contiene ordenamientos que garanticen suficientemente que la comida sea sana. son caros los retiros de alimentos de las tiendas, sino que sus procesa- dores sufren daño colateral durante el brote de la enfermedad. Cuando las espinacas de un campo se contaminaron con E. coli, todo el ramo de la espinaca resultó afectado y la confianza de los consumidores en esa verdura decayó durante años tras el brote infeccioso. Esto significa que la industria alimenticia requiere el incentivo de presionarse para incrementar las condiciones de salubridad en el cultivo y procesa- miento. Modernización Además de la presión interna para reducir el daño colateral, la FDA ha comenzado pruebas con un nuevo sistema electrónico de rastreo de alimentos como parte de la Ley de Modernización de la Salubridad de los Alimentos. Si bien a las compa- ñías que venden alimentos se les exige rastrear los productos que compran y luego despachan, esta información se suele conservar en papel y no siempre es fácilmente accesible. En esas compañías, los diferentes aspectos de la producción pueden estar en manos de distintos departamentos que quizá tienen distintos métodos de rastrear la información. Los funcionarios de salud recurren a esa infor- mación cuando se da un brote de alguna enfermedad, con el fin de determinar la fuente y qué alimentos han podido quedar afectados. Si las constancias en papel son abundantes, las investigaciones se complican y se incrementan las probabilidades de que alimento no contaminado sea retirado y se sufra un daño colateral. Todo lo anterior son pasos positivos, pero los críticos no se acaban de convencer de que la ley vaya a producir un efecto dramático y que los alimentos vayan a ser más sanos. Preferirían que las compañías publicitaran la salubridad de los alimentos que venden, y Karas, el vocero de la FDA, admite que es demasiado pronto todavía para saber en qué medida la ley impac- tará en que la comida sea más saludable. Marzo/Abril 2011 - 29