Abasto Magazine

September 2010

Abasto Magazine - Guía indispensable para el empresario hispano con noticias de última hora, consejos y directorio empresarial

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Negocios Buenos Juan Tornoe es un experto en mercadotecnia y publicidad radicado en Austin, Texas. Su blog juantornoe.blogs.com es una herramienta indispensable para conocer mejor el mercado hispano. Puede escribirle a jgtornoe@hispanictrending.net Diferencias culturales entre hispanos y americanos Juan Tornoe Aunque existen ciertas características que todos compartimos como miembros de la raza humana, debido a la dispersión del hombre a través de toda faz de la tierra se fueron formando distintos grupos que ahora comparten una herencia, una historia común entre ellos, de donde surgen ciertas características culturales que los diferencian de los demás. Tal es el caso de los diferentes grupos étnicos que llaman “hogar” a los Estados Unidos de América. De particular importancia es entender la diferencia entre el mercado general y el mercado hispano en este país. Cómo ya hemos mencionado antes, aproximadamente el 17% del total de la población es de origen hispano, número que para el año 2050 aumentará a por lo menos a un 30%; para entonces prácticamente uno de cada tres estadounidenses será de origen hispano. A continuación le presento algunas de las características culturales que diferencian a los hispanos de los americanos (o sea, del mercado general estadounidense), con una aclaración importante: en general, estas características se observan con mayor facilidad mientras más cerca —generacionalmente— esté el individuo que aquél que cruzó la frontera. Grado de intimidad: el latino es más amigable y emocionalmente más abierto que el americano promedio. No es que establezcan amistades profundas y a largo plazo de inmediato, pero pronto tienden a interactuar como si así fuera. En la cultura anglosajona toma más tiempo que las personas se abran de esta manera; ellos deben de conocerle mucho más a fondo antes de “bajar la guardia” en cuanto a su interacción en una determinada relación. Reconocer la presencia de otros: aunque es una necesidad de todo ser humano el ser reconocido como tal, este rasgo cultural es mucho más marcado entre los hispanos. El latino verdaderamente espera y aprecia que se le dedique tiempo, que se haga contacto visual (cuando sea posible) y que la conversación que se establezca sea genuina y no parte un script memorizado acompañado de una sonrisa fingida. Armonía social: el latino promedio se siente a gusto manteniendo la armonía social. A veces es aún más que esto; a menudo se vuelve una necesidad mantener relaciones placenteras y libres de conflicto. A tal punto llega esto que el hispano prefiere no abordar un tema conflictivo con otra persona a fin de evitar la incomodidad de la situación. Es decir, los latinos tienen más dificultad para separar un asunto en particular, de la relación personal que tienen con el individuo con quien la discuten. Para el americano es mucho más sencillo hacer la distinción entre un asunto particular y su relación con la persona con quien habla al respecto de éste; puede estar en completo desacuerdo sobre algo pero esto no afecta en lo absoluto su relación personal con la persona con quien lo habla. Espacio personal: en situaciones sociales, para los hispanos, el contacto personal es de lo más común. Algunos bromean que para los latinos no existe el concepto de “espacio personal”: abrazos, apretones efusivos de manos, besos en la mejilla, unas palmadas en el brazo o el muslo, todos estos son normales y de esperarse durante las interacciones personales, aún sin conocerse por mucho tiempo. Para el anglosajón, esto no es nada cómodo a menos que se trate de familia o de alguien con quien se haya tenido una relación personal por muchos años. Respeto a la autoridad: los hispanos tienden a tener respeto y admiración por aquellos a quienes perciben tener más autoridad. El juez, el doctor, el gobernador, el abogado, el presentador de noticias, el presidente de una gran empresa… todos son ejemplos de personas que el latino promedio respeta por la posición en la que está. Por ejemplo, un hispano no va a visitar a su médico para decirle que acaba de ver un anuncio en la televisión que recomienda una medicina para el mal que padece y que quiere que se la recete en vez de la que está tomando actualmente. El americano promedio no tendría ningún problema en hacer esto y el doctor tampoco se sentiría ofendido al respecto, pero para el latino, es una completa falta de respeto: ¿Cómo va cuestionar la decisión de aquél que ha pasado muchísimo años estudiando y entrenándose para ser médico? Espero que esta pequeña muestra de diferencias culturales le ayude a comprender de una mejor manera las diferencias entre el mercado general y los hispanos, y que utilice esta información para servir mejor a ambos. Queremos saber de usted. ¿Tiene preguntas sobre éste u otros temas? Envíenos un email y con gusto los trataremos en futuras ediciones. 42 - Septiembre 2010

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