Abasto Magazine

March/April 2011

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Panorama Ya era hora Tuvieron que pasar más de 70 años para que un presidente de los Estados Unidos firmara una de las piezas legislativas más importantes de la historia moderna. En enero, Barack Obama convirtió en ley el Food and Drug Administration Food Safety Modernization Act, la cual pretende reformar, por primera vez desde 1938, los procedimientos a través de los cuales la FDA trabaja para garantizar la seguridad de los alimentos. Los críticos de la FDA han denunciado por décadas la ineptitud de la agencia para prevenir las enfermedades que tienen su origen en alimentos contaminados y sus consecuencias tanto en términos económicos como en la salud del público. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades estima que los aproximadamente 76 millones brotes por alimentos contaminados al año generan pérdidas de 152 mil millones de dólares, provocan la hospitalización de 325 mil personas y son responsables por cinco mil muertes. Y aunque algunos críticos aseguran que las nuevas regulaciones no son lo suficientemente agresivas, estas representan un paso gigante, pues brindan a la FDA las herramientas para prevenir situaciones peligrosas en vez de reaccionar luego de éstas, como ha sido la norma hasta ahora. Bajo la nueva ley, la FDA puede ordenar el retiro obligatorio de productos contaminados, elevar los estándares de calidad en la producción de alimentos, contratar más inspectores y ser más estricta en cuanto a la calidad de los alimentos importados se refiere. Sin embargo, algunos legisladores republicanos, en su calidad de mayoría en la Cámara de Representantes, han prometido frenar la asignación de los fondos necesarios para aplicar la nueva ley, postura tan incongruente como estúpida, ya que dichos fondos rondan los mil 400 millones de dólares durante los próximos cinco años, cifra diminuta comparada con los 152 mil millones de dólares en pérdidas que generan las enfermedades causadas por alimentos contaminados. Nos queda claro que esta postura responde a la estrategia anunciada en octubre del año pasado por el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell: “El logro más importante para nosotros es hacer que el presidente Obama ocupe la Casa Blanca durante cuatro años solamente”. Por eso esta y otras leyes promovidas por la actual administración, como las reformas a los sistemas de salud y financiero, están bajo ataque republicano. Sin embargo, a diferencia de la reforma al sistema de salud, la seguridad de los alimentos no había sido, hasta ahora, un tema partidista. Todo lo contrario: la ley fue aprobada con amplio apoyo bipartidista tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes y cuenta con el apoyo de los principales conglomerados de la industria. Así que no nos queda más que esperar que la incongruencia política que caracteriza a Washington no eche por tierra este histórico logro y que las provisiones de la ley puedan ser aplicadas. La seguridad de nuestros alimentos es algo que nos afecta a todos por igual. Nadie tiene el derecho de secuestrarla para beneficiarse políticamente. Francisco Cámara-Riess Editor en Jefe 6 - Marzo/Abril 2011

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